Nunca mejor usado: INÉDITO

Si te interesan las historias humanas con personajes profundos (bonus si te gusta la fotografía), invertí 9 minutos y medio en este video que realmente vale la pena (en inglés). Es la historia de como, casi por casualidad, un tipo descubrió el trabajo fotográfico de toda la vida de una tal Vivian Maier, hasta el momento una desconocida total: como fotógrafa y como ser humano. Sus geniales fotos hibernando en cajas cerradas (o rollos sin revelar) y la gente que interactuó con ella en vida pensando que Vivian era una nanny europea un poco excéntrica y de mal carácter.



El presentador posiciona la historia como ‘la ganga del siglo’: pagar 20 dólares por algo que puede valer 20 millones. Cierto, pero lo a mí me impactó fueron otras dimensiones de la historia: ¿qué motiva a una persona a dedicar tanta pasión a algo y luego tanta energía a esconderlo? ¿Sería ella misma consciente de su genialidad? ¿Cómo se sentirá revelar uno de los rollos y ser la primera persona en ver la imagen 50 años después de capturada? ¿Conocemos realmente a las personas con las que interactuamos?

Las reacciones a este video son diferentes para cada uno con quien lo he compartido – ¿qué pasó por tu cabeza mientras lo veías?

Sergio Sapio

4 comments:

Paula said...

Increíble.
Esto es el genio verdadero, en su estado más puro.
Desprovisto hasta de la necesidad de compartirlo, publicitarlo, mostrarlo.
Como dice, ella misma, con una grandeza imponente, al final del clip "hay que dejar lugar a otra gente".
Y esas fotos..!

Anonymous said...

Tal cual, Paula. Le preguntan al poseedor del "tesoro" como se sentiría una persona tan introvertida al saber que sus fotos se vuelven de dominio público. El contesta con la palabras de Vivian en el cassette, acerca de lo efímero de la vida: "...supongo que nada está destinado a durar para siempre. Tenemos que dejarle espacio a otras personas. Es una rueda."

Si bien la respuesta no parece contestar la pregunta, me gusta. Deja entrever que esa concepción de nuestro paso por el mundo la llevaba a capturar momentos en imágenes, para eternizarlos de algún modo.

Una vez escuché a Dolina decir: "Las fotos mienten. Cuando me veo en fotos viejas, pienso: "Yo no era así. Yo no tenía puesto eso." El problema es que lo que queda plasmando en megapíxeles, o en rollo de película, no siempre coincide con lo que queda impreso en la memoria de los "actores" de la foto. Y a eso nos aferramos, como un náufrago contra la corriente.

Los fotógrafos callejeros lo saben bien. Por eso sus fotos son radiografías del alma de sus circunstanciales modelos (del alma, o del "ánimo", para los ateos :-) Revolviendo fotos viejas encontré una postal que me envió una amiga; muestra la foto de una familia inglesa de clase obrera, tomada por un tal Tom Wood, irlandés. Esa foto, como todas las que he visto luego de el, HABLA, dice mil cosas. (Si son anglófilos, amantes de la fotografía callejera, y les interesa fisgonear en el patio trasero de la sociedad británica, búsquen a Tom Wood y después me cuentan.)

Massa said...

Hola, gracias ambas por sus comentarios, con los que coincido. Falto aclarar suficientemente que este fue un post de Sergio, ahi le agrego la firma (lo puse en el tag, nada mas).

En otro post que tengo scheduled mostrare a otro genio incomprendido.

Klaus Pieslinger said...

Fascinante. Pensaba en Kafka y en Van Gogh como símbolos del artista reconocido póstumo.